Jorge Bonsor y el camino de Arahal

octubre 27, 2010

Desde su casa en Mairena, el Castillo de Luna, veía Arahal a través de la extensa llanura, la Vega, como él la llamaba: «…el próximo lunes que será, cuando probablemente cruce la Vega con él o con quien sea, en bicicleta desde el Gandul a El Arahal y más tarde a Paradas.» El pintor y arqueólogo Jorge Bonsor fue un vecino ilustre que recorrió los caminos de Arahal. La excursión en bicicleta es de la primavera de 1902, cuando tenía 47 años y llevaba veinte afincado en España, estudiando las tierras andaluzas en busca de restos arqueólogicos.


Arriba, el Castillo de Luna en Mairena, que se comenzó a construir en el s. XIV, cuando la localidad fue entregada por el rey Alfonso XI a Pedro Ponce de León. En esta vista aérea se ve muy bien su enclave en una antigua cantera romana, como decía Bonsor. Debajo, una carta de de 1902 donde se cita a Arahal.

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Jorge Bonsor (George Edward Bonsor Saint Martin, 1855-1930) llegó a España en 1880 recién terminados sus estudios de Bellas Artes en busca de paisajes y motivos. Pero pronto cambió su vocación, como él mismo lo confiesa: «…vine joven a España… Vine aquí para pintar, pero pronto dejé el arte por la arqueología».

Su vocación se despertó en Carmona, donde en 1881 asistió junto al farmaceútico Juan Fernández, al descubrimiento de una tumba de la necropólis romana: «Fue la fuerte impresión que me produjo penetrar en esta cámara funeraria y contemplar sus portentosas pinturas cubriendo la totalidad de la superficie de sus paredes la que me hizo decidirme, conmovido, a consagrar mi vida a las investigaciones arqueológicas… «. En 1885 se creó la Sociedad Arqueológica de Carmona, cuyo presidente fue Sebastián Gómez Muñiz, párroco de Santa María. Jorge Bonsor figuraba como vocal. El objeto de la sociedad era el estudio de todo cuando se relacionese con la arqueología local y alrededores. Para ello se harían excursiones y excavaciones fuera del término rural de Carmona, aunque sin traspasar nunca los límites de Osuna, Ecija, Alcalá de Guadaira, Arahal y Marchena.

Parte del equipo fotográfico de Bonsor mostrando cámara y cajas de placas, utilizado para documentar los hallazgos arqueológicos. La fotografía pertenece a una exposición sobre Bonsor celebrada en Baelo Claudia (Tarifa).

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En el camino de Arahal

Bonsor tuvo que andar y desandar innumerables veces el camino de Mairena a Arahal. En el camino de Arahal había una extensa necrópolis junto a la villa romana de La Peñuela, con sepulturas que llegan hasta el siglo V d.C. Bonsor sabía que estaba rodeado de yacimientos arqueológicos por descubrir. Su tarea en Carmona fue primordial, pero también se manifestó atracción por otros lugares: los Alcores, Baelo Claudia en Cádiz o Setefilla en Lora del Río.

Sus visitas al Cerro del Cincho tuvieron que ser frecuentes, en su propósito de establecer el trazado de las vías romanas de la Bética. En un trabajo de Ramón Corzo («Munda y las vías de comunicación en el Bellum Hispaniense», 1971), se estudian en profundidad las vías romanas de esta zona, atendiendo lo descrito en el famoso Itinerario de Antonino, como el trayecto entre Hispalis (Sevilla) y Anticaria (Antequera). A partir de Hispalis está vía se dirigía a Basilipo en el Cerro del Cincho, con un trazado bastante bien conocido. Las 21 millas del Itinerario coinciden con las distancia real desde Torreblanca hasta el Cerro del Cincho. Siguiendo el camino, de Basilipo a Ostipo (Estepa) se cuentan 56 millas y dos mansiones intermedias: Carupa e Ilipa, que coinciden con lo que luego serían la Puebla de Cazalla y Cortijos de Repla, respectivamente. Todo el itinerario lo tuvo que conocer bien Bonsor, así como, en sus incursiones, los restos que se encontraban en el Cerro del Cincho y alrededores del cortijo de Menguillán.

Bonsor fue impulsor de la arqueología moderna en España y descubridor de la riqueza patrimonial de Carmona. Arahal, vecina de ésta fue participe en menor escala de ese patrimonio dejado por la antigua Roma. Es evidente que no existe un pueblo romano de Arahal, pero sí restos y enclaves romanos en su término municipal. Es mi intención recordar a quien hace un siglo investigaba con sus trabajos y estudios por estas tierras.

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Epistolario de Jorge Bonsor (1886-1930) editado en 1999 por la Real Academia de la Historia. Aquí aparece la carta citando a Arahal. En la cubierta, el salón de la casa de Bonsor en el castillo de Mairena (ampliar).

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Bibliografía

– Caballos Rufino, Antonio. 2001. «Carmona romana». Universidad de Sevilla. Publicaciones.

– Corzo, Ramón. 1971. «Munda y las vías de comunicación en el Bellum Hispaniense».Texto en PDF (via internet).

– Maier Allende, Jorge. 1999. «Jorge Bonsor (1855-1930). Un Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y la Arqueología Española». Publicación del Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia, Imprenta Taravilla, Madrid. ISBN 978-84-89512-30-6

– Maier Allende, Jorge. 1999. «Epistolario de Jorge Bonsor (1886-1930)». Comisión de Antigüedades, Real Academia de la Historia, Taravilla, Madrid. ISBN 84-89512-57-4 pdf

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